MI HISTORIA
Religión, Comité Cisne y la carretera solitaria de vuelta a casa

Jesús Astorga (Córdoba, España, 1962) cree que la música que se escuchaba en el antiguo magnetofón que había en su casa cuando niño (Beatles, Rollings, Bee Gees, Aphrodite´s Child, pop español, francés…) constituyen el germen que despertó en él su vocación de cantante. Tiempo después, a los catorce años, su madre le regaló la primera guitarra: “Me resultaba muy complicado al comienzo, pues no quería ser realmente guitarrista, pero fui encontrando en ella el mejor medio para inventar canciones y acompañarme cantando. Supongo que el autor de canciones siente desde el primer momento esa especie de fuego interior que le lleva, de forma instintiva, a creer firmemente en lo que hace. Así, con apenas dos o tres acordes recién aprendidos, tuve la osadía de hacer mis primeras canciones. Imagínate el resultado”.
Jesús va madurando y encuentra referentes de los que tomar buena nota y que le acompañarán para siempre (los grandes grupos de los 70, y solistas muy admirados por él como Peter Gabriel, Cat Stevens, Bruce Springsteen, Bob Seger, Jackson Browne, Nick Drake,…). Así, forma su primera banda a los dieciséis años, Ness, uno de tantos grupos de instituto que quedan tan sólo en eso, aunque necesarios para echar a andar. Sigue trabajando de puertas hacia dentro hasta que recala en Jaleo, banda cordobesa de los primeros 80, primer contacto con la música profesional y primer revés serio al no llegar a grabar el disco que ganó junto a ellos como premio al mejor grupo andaluz en 1983 (Concurso de Rock Alcazaba, Jerez de la Frontera), debido a una fuerte afección de garganta que le mantuvo alejado de ensayos y escenarios durante una buena temporada.
El sobreesfuerzo acumulado y el abuso continuo de tonos vocales altos pasaron factura a un chico de veinte años que sólo soñaba con ser cantante. Se juró a sí mismo que regresaría, “por pura obstinación, pues llegué a creer de verdad que no podría volver a cantar en condiciones; lo pasé realmente mal en aquellos días. Pensé seriamente en dejarlo para siempre”.
Lejos de ello, Jesús se arma de paciencia y de fe en sí mismo. Pasado un tiempo, comprueba que ha recuperado su voz y se siente fuerte y con ganas para seguir escribiendo canciones con nuevos aires. Estamos a mediados de los 80 cuando llega el momento esperado: Religión, el verdadero grupo de Jesús Astorga, muy influenciado entonces por el sonido británico de la época, y cuyo álbum, Algunos cuentos, otras tempestades… (Discos Twins, 1987, posteriormente en Warner Music), se ha convertido, con el paso del tiempo, en obra de culto referente de muchas bandas posteriores.
Ya en la recta final de Religión es llamado a filas por los valencianos Comité Cisne, una vez que Carlos Goñi deja el grupo. Jesús acepta la invitación de unirse al Comité, con los que grabará el álbum de despedida de la banda, Instinto (BMG Ariola, 1991), disco de rock potente y lírico al tiempo, en una onda algo más “americana”.
Una buena cantidad de kilómetros y experiencias que le devuelven a su hogar de siempre, Córdoba, y tras un período de descanso y desconexión voluntaria del mundo de la música (la frustración y el desencanto, tras el gran esfuerzo realizado, habían hecho mella en él), comienza a trabajar lentamente en la composición y grabación de sus nuevas canciones, que finalmente verán la luz en 2010, una vez se decide a producirlo y editarlo por cuenta propia.
El resultado: Mayo-Septiembre, su primer disco en solitario, en una línea mucho más personal e intimista y que nos conduce a la faceta más acústica, sensitiva y profunda del artista. “Mayo-Septiembre es el tipo de disco que tenía en la cabeza desde hacía tiempo, casi una recopilación de las mejores canciones que había ido acumulando todos esos años.”
En marzo de 2016 publica su segundo trabajo, Niños y hombres, el paso adelante que Jesús quería dar en todos los sentidos. De nuevo, una obra muy personal a través de diez canciones, diez historias que parecen entrelazadas por un hilo conductor común, donde la intensidad y la belleza son el denominador común desde el principio.
Y por fin, en marzo de 2022, se publica el nuevo y esperado trabajo de Jesús Astorga, una auténtica «vuelta de tuerca», en un empeño muy especial del autor por llevar a cabo su obra más directa y comprometida: La dura lluvia que vuelve a caer.